viernes, 10 de agosto de 2012

Día 24, soleado.


Hoy toca playa. Hace un día espléndido, pero nos hemos levantado con el horario dde un español de vacaciones, y como estamos cansados (sí, cansados de descansar), vamos en coche. Llevamos la pelota, aunque… casi era mejor no haberlo hecho. Se levanta un viento tremeeeeendo, así que al llegar, como Angy y Jorge quieren acercarse a la orilla a bañarse (cosa que yo no hago), dejamos la pelota medio enterrada en la arena, con la toalla tapándola para que no se vuele.

Cráter arenoso que forma la pelota.

Hay un montón de gente en la playa, por mucho viento que haga, y la playa parece estar dividida por colores. Se llevan los cortavientos de Decathlon, y los cortavientos de los diferentes ciringuitos, que son diferentes dependiendo de la zona. Véase:

Azules.


Verdes.

Cortavientos "Decathlon".

Lo dicho, mucha mucha gente.


¿Os he hablado de las navajas de la playa de Wassenaar? Siempre salgo cantando la canción de "cruz de navajas", de Mecano. Y bueno, pisarlas puede ser malo pero... desde luego, los holandeses saben tratar con ellas porque... ¿qué es mejor?

¿Temerlas...
... o aliarte con ellas?





¿Alguien consigue descifrarlo? Porque nosotros no...

Admiramos el arte que tienen para... elegir colores que llamen la atención...

¿Verdad?

Aparcamiento de bicis, ¿cómo pasar por allí, aunque sin bici, y no fotografiarlo?

Camino al coche, dejando el parking de bicis atrás.

Y nada, concentrada conduciendo, ¿no?






Emmanuel nunca nos acompaña, pero en su lugar manda a su amigo... sin nombre, la verdad es que no lo tiene.

La famosa "rotonda de la playa", aunque esté a unos 4km de ésta... y a 300m de casa jaja

Foto borrosa del cartel que publicita las fiestas de Wassenaar... ¡son ahora! Y empiezan a las 4 de la tarde.




A la vuelta a casa, antes de pasar por ella, aprovechamos y pasamos por el C1000, ya que no tenemos los ingredientes para la comida especial de Angy. Al salir del super, nos dirijimos, por petición de Angy y Jorge, a Kelly's, una tienda especializada en productos americanos británicos y americanos. Y sí, me trae muchos, aunque vagos, recuerdos.


Volvemos, ya sí que sí, a casa, y Angy prepara la comida, su famosa receta de “pollo a la miseria”.
Mientras, Jorge y yo preparamos una lista con cosas que hacer estos días, lugares a los que ir, y menú de comidas y cenas, y la dejamos en la cocina.
Por fin, y con razón porque son las 18h, acabamos de comer, y vamos a las cabras, que ya es hora.
Llegamos y no hay nadie, así que les echamos la comida. Al acabar, se acerca a nosotros una señora y nos habla. Resulta que habla español, y por su “chévere” diría que es venezolana, aunque no me mojo. Al menos no delante de ella. Es muy maja, y nos dice que si nos gusta Holanda, que vengamos a vivirnos aquí, suponemos, como ella hizo.





Alargamos el paseo de vuelta a casa, porque Angy y Jorge quieren grabar algo que impresione a los que siguen el canal de Tant Pis.

Desde la primera vez que fuimos a las cabras, he querido hacer una foto a ésta bici. Volando y oxidada, ¿cómo no?

 y entramos en el cementerio de al lado del bosquecillo donde paseamos a los perros.
Aunque antes... ¿véis ésta bici? Aunque le brillen las ruedas por el flash... ¡es mi azul prefe!


Cementerio.

En él, una señora pasea, merodeando, como nosotros. Y, casualmente, sale a la vez que nosotros.
Al volver a casa, tras un duro diálogo, y como no veo voluntarios para pasear a los perrones...


Salimos con los perros, y para cenar, preparamos unos colacaos con gofres de cena, y como tenemos, me atrevería a decir, sueño los tres, vemos un rato las series de Disney Channel en inglés subtitulado en holandés en lugar de engancharnos a una serie o ver una peli, y cuando pensamos que es suficiente, ya que por lo menos a mi se me cierran los ojos, ponemos rumbo a la cama. Me duermo con Poco, tapadito y todo. Ya que Emmanuel está en lo alto de la cama (ahí sigue el pobre, no ha querido bajar), tengo que abrazar a un peluche, y ese es Pocoyó J

miércoles, 8 de agosto de 2012

Descanso... absoluto.



Martes 7 y Miércoles 8 de Agosto, laguna voluntaria, es decir, días en los que el tiempo ha sido horriiiiible, y hemos preferido no salir de casa, descansar, y ser unos viciados a la Wii.
Me arrepiento un poco de haber desaprovechado días, sobre todo quedando tan pocos para volvernos, pero conocer una ciudad sin una base en la que apoyarnos, un guía, o alguna idea de qué visitar dentro de la ciudad, es divertido hasta cierto punto. Volveremos, claro que volveremos. Y entonces cotillearemos cada rincón de este país.

Goedenacht!


lunes, 6 de agosto de 2012

Día 20. Seguimos descansando.



Hoy me tocan a mi los perros. Todo en orden, y al volver a casa desayuno solo un colacao, y vamos los tres a la wii oh gran wii, y probamos el juego de Toy Story, y nos preguntamos por qué lo tendría descargado el hermano de Angy, que ya tiene sus añitos, porque es un juego en el que no se pierde, es absolutamente para niños. Por lo tanto lo dejamos, y jugamos al monopoly. Siempre gana Jorge, pero nos aliamos para que no gane la máquina, y para conseguir muchos puntos, aunque por ello dos de nosotros tengamos que perder.
Cuando ya pensamos que hemos desperdiciado demasiado el día, y que deberíamos movernos, nos apetece playa. Ya no hace calor, pero mejor, así no habrá gente a la que puedan molestarles nuestros perros.
Poco no reconoce a Pepa porque el viento hace que el pelo le tape los ojos, y no para de ladrarla. Pepa corre, y corre, y sigue corriendo, pero siempre a nuestro al rededor.
Cuando por fin volvemos a casa, ya tenemos pensado qué cenar: patatas asadas.
Como tardan en hacerse, mientras tanto comemos quesos, y unos pinchos de algo parecido al jamón cocido, con queso derretido en el interior.
Angy se dedica a pasar sus videos al disco duro, porque así se lo he pedido yo, y accede encantada, y yo me dedico, cuando ella acaba, a pasar las fotos, para que no se borren por error (aunque están casi todas en éste blog ja, ja, ja)
Cuando por fin están las patatas, cenamos viendo sobrenatural. Al acabar me pongo con el blog, y escribo pero no mucho, y nos vamos a la cama.

Goedenacht!

domingo, 5 de agosto de 2012

Día 19, ná de ná.

A las 10 en pie, y Angy saca a los perros. Desayunamos donuts del C1000 con batido de chocolate, y jugamos a la wii, a un juego de minijuegos por equipos, aunque al ser tres, en lugar de por equipos, jugamos contra la máquina, y al ser impares, pasa a ser un “todos contra todos”.
Después de un rato de minijuegos, Jorge juega al Pokémon Battle Revolution, y como nos enteramos de que se puede conectar con la nintendo DS y pasarse los pokémon del juego Diamante o Perla, subo a por la mía e intentamos lo imposible. Imposible porque al ser la wii pirateada, y la DS tener la tarjeta en la que metes emuladores de internet… en fin, que por ser piratas se queda la pantalla en blanco y hay que apagar.
Como me ha dado mono de pokemon, copio el juego en la tarjeta, y empiezo un juego nuevo (para no perder los antiguos pokémon), mientras Jorge y Angy ven la peli de Gnomeo and Juliet. Cuando intento guardar para ver la peli, porque me llama la atención y apenas hago caso a la DS, me dice el juego que no puedo guardar, así que apago, y todo lo conseguido se va a la porra. Pero bueno, la peli está interesante.
Cuando acaba, Angy y Jorge juegan al New Super Mario Bross, un juego en el que son un poco malos, donde siempre les matan, y como no puede quedarse uno atrás porque se muere y pierden, no deja de ser suuuper divertido.
Cuando pensamos que ya viene siendo la hora de hacer algo, sacamos a los perros en un paseo nocturno, los tres. Al volver cenamos pizza, vemos Sobrenatural, y Angy y yo, cuando acaba, esperamos a que acabe el friega, para que no se quede pitando toda la noche. Lo recogemos, para que no nos de vaguería hacerlo mañana por la mañana, y, después de ver que el internet sigue yendo fatal y cancelar una descarga, nos vamos a la cama.

Goedenacht!

sábado, 4 de agosto de 2012

Día 18, cacafuti como poco.



Hoy toca Ámsterdam, y por ello nos levantamos relativamente pronto. Preparo el desayuno, y Angy se encarga de los perros.
Durante el ajetreo de antes de un viaje, cargamos las baterías de las cámaras, y sacamos los vídeos y fotos, para tener espacio suficiente para la graaan ciudad. Ponemos, por fin, rumbo a Ámsterdam a las 11am.
Encontramos sin problema el P+R elegido, que no es otro que el de Gaasperplas, que se comunica con el centro mediante el metro.
Llegamos allí, aparcamos sin problema, y nos enteramos de que se paga al volver, aunque probablemente no esté el chico que cobra, si no que haya que pagarlo en una máquina.
El hombrecillo nos da tres billetitos que sirven para ir y volver gratis del parking al centro, 
y nos vamos al metro, que está muy bien señalizado desde el P+R. Sólo tiene una línea, la roja, también conocida como la 53, de… de 5, cuya primera parada es Gaasperplas, y la última Centraal Station, cosa que nos viene bien porque es nuestro punto de partida en la ciudad.
Cogemos el metro, y nos llaman la atención los vagones, ya que están excesivamente decorados, unos con abundante publicidad, otros con diseños sin otra intención que promocionar esos mismos diseños. En fin, que yo me entiendo.


viernes, 3 de agosto de 2012

Día 17. Playa por la mañana, lluvia por la noche.



Hoy vuelvo a sacar yo a los perros, y me encuentro con una señora con dos perros. Como veo que Pepa y Poco empiezan a ponerse nerviosos, decido pasar rápido por ellos, sobre todo si a ellos se les añade un perro grande y blanco que venía por detrás, suelto. A la vuelta a casa, evito a la señora con sus dos perros, y saludo a la ancianita de las flores, que siempre me contesta con una sonrisa y un asentimiento.
Al llegar, Angy está haciendo tostadas, y han decidido que hoy vamos a la playa.



jueves, 2 de agosto de 2012

Día 16, jueves 2


Me levanto a las 12, yo y mis madrugones, y cuando bajo veo que ellos ya han desaunado y están viendo una peli, Assasin’s Creed, creo.
Desayuno, y veo el final de la peli con ellos. Como va de volver atrás en el tiempo, vuelvo a ver el principio de la peli, así que no me pierdo nada importante.
Al acabar, Angy descubre que, desde hace unos días, no sabe dónde está su iPod. Lo buscamos un rato los tres, luego solo yo y Angy se distrae barriendo la casa.
Me llega un email a mi iPod, resulta que nos han cambiado el número de vuelo, de 1092 pasa a ser el 1098, aunque de momento la hora sigue siendo la misma.
Intento ponerme al día con el blog, pero mi padre sabe de sobra que no lo consigo, así que pensamos en comer.
Tocan sobras, que si no se ponen malas. Angy toma tortilla, y Jorge y yo lasaña, y las disfrutamos mientras vemos Green Lantern.
Angy y yo hacemos memoria, y Jorge saca a pasear a los perros.
Decidimos que por fin hace día de playa, así que vamos, y además en bici.

Se llevan las cometas... Holanda es un país muy ventoso (o al menos sus playas).

miércoles, 1 de agosto de 2012

Día 15, primer día de Agosto.


Hoy amanecemos pronto, y aunque me dice Angy que se ocupa hoy ella de los perros, no puedo dormir, así que le acompaño.
Al volver, sacamos un rato a Piruleta, Piru, el jerbo de Ali, por la habitación de juegos en su bola, aunque cuando se abre, decidimos ir al baño, tapando con la esponja el agujero que hay al lado del lavabo.
Cuando ya hemos guardado a Piruleta, no por cansarnos, si no por hacer algo con nuestras vidas, mientras Jorge va preparando los champiñones para que al volver no falte nada para probar la lasaña, salimos Angy y yo a la calle a probar la bici, lo hinchadas que están las ruedas, y el traqueteo de la caja azul, que la sujetamos a la bici con bridas.



martes, 31 de julio de 2012

Día 14, cumple de Pelifresa


2º día de descanso, aun así me levanto pronto (9 y 30) y no despierto a Angy. Me encargo de los perros, al volver con ellos a casa les doy de comer, cojo la bici de Ali, que ayer la notamos baja (no sé si será la cantidad de compra que en ella pusimos, o la rueda de por sí), y me acerco a la tienda de bicis, a Marco, para ver si me la hinchan. Aunque el hombrecillo que habla inglés como un indio el español, prefiere que lo haga yo, porque así lo hace la gente de aquí, que tienen acceso a la bomba y la usan cuando quieren, yo le digo que no tengo ni idea de como utilizarla, así que consigo que me la hinche él. No es difícil, solo hay que quitar el tapón, ponerle la bomba, y cuando acabe, quitarla igual que se puso. Vamos, de profesional.
Cojo la bici y voy al C1000. Tardo en llegar, porque como sólo sé ir por un camino que no encuentro, y no sé callejear, tardo en ubicarme. Cuando por fin llego, me hago con pan de molde, que ya nos faltaba, y me agencio unos gofres, porque sí, porque tienen buena pinta y me apetecen siempre que salimos por ahí y los veo por 5€ y no me los compro por ser muy caros.
Al llegar a casa ya están mis compis en la cocina, así que desayunamos tostadas, colacao, cogemos las correas de los perros, y nos vamos con ellos al mercadillo.
Se portan muy bien, y Poco hasta se hace pasar por persona, al ponerse a dos patas en el puesto de los quesos y estornudar/toser esperando su turno. Compramos mangos (7, idea de Angy y Jorge, porque estban de super oferta), champiñones para la lasaña, queso gouda, cebollas, y todo esto lo pide Angy en inglés, toda una hazaña para ella, tanto que se dirige a mí con un “¡Prueba superada! J
Jorge prepara un revuelto riiiiiiquísimo para gastar huevos, ya que hay muchos y escasea el resto, y como llueve, decidimos que hoy no iremos a las cabras.
Felicito a Pelifresa por su cumple, y le envío la foto dedicada de la súper cuchara de Gouda.


Hoy nos viciamos con Sobrenatural, vemos como unos siete capítulos, y como al acabar son las 4.30h de la mañana, decidimos sacar a los perros, para así no tener que levantarnos mañana y… vaya, para nuestra sorpresa, esto es lo que encontramos:


lunes, 30 de julio de 2012

Día 13, primer día de descanso


Hoy empieza nuestro periodo de descanso, para reponer fuerzas y poder usarlas más adelante en explorar nuevos lugares y ciudades aquí, en Holanda. Por eso, quizá, no haremos mucho en los siguientes días.

Día 13 (Lunes 30 Julio)
Hoy, en el paseo, Angy y yo nos hemos encontrado con un perrito al que se han acercado los nuestros. No ha pasado nada, se han olisqueado y hemos hablado con su dueña un rato. La verdad es que se han portado muy bien.
Por la tarde, a las 19h, hemos ido a las cabras. Creemos que cada día hay una o dos más. Más que cabras parecen conejos.


Luego hemos ido al Albert Heijn, donde he conseguido la tarjeta de puntos con la que se hacen válidas las promociones que ponen por todos sus pasillos. No sirve para nada más, puedes pedirle al señor/señora que tengas detrás en la cola la suya, porque no acumula puntos. Solamente hace que las ofertas sean realmente ofertas. Resulta que sólo había que pedírsela a la cajera/cajero de tabacos, que se encuentra apartada al resto de cajeras/os, como en el C1000.
Jorge ha comprado un juego para la Wii para su padre, y quiso comprar un segundo, pero la cajera de tabacos se disculpó diciéndonos que tienen las cajas vacías expuestas pero, error suyo, no los juegos.
Hemos hecho una gran compra que he pagado yo, y he conseguido una caja para la bici, en la que hemos llevado, a duras penas unos, fácilmente otros, la compra a casa.
Ya en casa fotografiamos la gran compra, y entramos en casa, donde Jorge hace una deliciosa aunque un poco (sí, tengo que meterme siempre con él) salada.
Después de un par de capítulos de Sobrenatural, volvemos a la cama.

domingo, 29 de julio de 2012

Día 12. Wassenar-Utrecht-Gouda-Wassenaar


Ésta mañana decide Angy que ella saca a los perros, y yo aprovecho para ducharme.  A su vuelta desayunamos los tres, tiramos las lentejas de Gabi a la basura (poco más y se comunican con nosotros…), y ponemos rumbo a Utrecht.
¿Funcionará el cargador para la Tablet? Es lo primero que miramos, y sí, así es, pero como la Tablet es lista, no permite que se cargue mientras se está utilizando, porque gasta más de lo que consigue, así que, sintiéndolo mucho los tres, el cargador para coche nos va a servir de más bien poco.
Hace una temperatura de 33º, y por lo tanto, no olvido meter la crema en la mochila.
Llegamos a Utrecht sin problemas, resulta que viene muy bien indicado en los carteles de la autopista, aunque al entrar en la ciudad, la ruta que nos marca el GPS de la Tablet está en la realidad cortado por obras, así que nos toca improvisar.
Llegamos a 300m del destino final del gps, y aparco peeeeerfecto el coche. Paseamos por las calles de entrada a la zona centro de Utrecht y lo primero que vemos es un museo en 3D, muy raro, y gratis. Así que, aunque parezca una locura, decidimos entrar.
Paseamos por él, después de haber cogido la entrada, que nos la da un hombrecillo muy majo, y resulta ser de lo más raro. Tiene nada más entrar unas máquinas en las que puedes hacerte una foto, y la máquina, parece ser, te hace un cuadro a carboncillo. Digo parece ser, porque está todo en Holandés, y lo único que hay en inglés es una copia del folleto de entrada, pero incluso las indicaciones están en holandés. Vamos, que hacemos una de perdernos por el museo.

sábado, 28 de julio de 2012

Día 11, de paseo por los alrededores. Leiden.


Hoy amanecemos pronto, porque queremos ir a Leiden, a conocer, por fin, su mercadillo de los Sábados.
Desayunamos, paseamos a los perros, cerramos bien la casa, recordamos coger los candados de las bicis, y ponemos rumbo a Leiden. Ésta vez sí que sabremos llegar.
El trayecto que hacemos, en vez de ser por la gran carretera en obras de la otra vez, es por el camino de las cabras, que aunque más largo, es mucho más entretenido.
Pasamos por uno de los canales estancados cerca del parque de al lado de las cabras, y nos encontramos unos patos anidados en el centro del canal, y como nos parece curioso y gracioso, hacemos foto (aunque lamentablemente no me da tiempo a hacerla en el momento en el que estaban todos en el nido, si no en el que ya han sabido de nuestra existencia, y huyen porque creen que no saldrán lo suficientemente guapos):



viernes, 27 de julio de 2012

Décimo día por estos lares. Por fin solos :)


Hoy me levanto pronto, y bajo a por los perros. Brezo está en una reunión, así que todo lo hago sin hacer ruido.
Ella me lo agradece, y salgo con los perros. El paseo no es largo, hacen rápido lo que tienen que hacer, y como hay un buen día, pasamos por la puerta del salón. Me voy a la cocina y está Angy, preparando los desayunos. Baja Jorge y ninguno hablamos. Desayunamos callados, y para cuando hemos acabado, Brezo también, así que enseguida nos montamos en el coche, Brezo conduciendo y yo de copiloto, y vamos muy bien, no hay demasiado coche en la carretera, y no se eleva ningún puente levadizo en nuestro camino, aunque pregunto a Brezo y me dice que a ella sí que le ha pasado más de una y más de cinco ocasiones de camino a Leiden.
Llegamos por fin al aeropuerto de Ámsterdam. Se queda allí Brezo, y nosotros intentamos poner rumbo a Ámsterdam centro, para verlo, aunque sea desde el coche, pero nos es imposible y nos perdemos, y volvemos a casa, que viene en los carteles.
No tardamos en llegar más de lo esperado, así que la pérdida no fue tan grave, aunque en la autopista nos metimos por la salida anterior, así que conocimos un camino nuevo, que acaba en la rotonda anterior a la playa, entrando por la salida que nos faltaba por conocer (es una rotonda con tres salidas: Casa, la playa, y ésta nueva). Nos llega un mensaje de Brezo, ya está dentro, rumbo a España.
Queremos ir a la granja, pero no cogimos los botes de leche y yogur, así que pasamos por casa, y dejamos el coche: vamos en bici.

jueves, 26 de julio de 2012

Jueves, noveno día. Último con tía Brezo.


Hoy al despertarme he hecho un pacto con Angy: ella ponía una lavadora, yo sacaba a los perros, y al volver desayunábamos los tres.
Nada más llegar con los perros desayunamos, y al acabar, rumbo a Delft, pero ésta vez nos perdemos, porque teníamos que entrar una o dos salidas antes que ayer, ya que el Lidl está a las afueras, y no nos sonaba, lo que no es bueno.
 Por fin llegamos a 1,3km del centro, según la tablet, y nos decidimos, en una urbanización del estilo de la de Wassenaar, a dejar el coche, ya que en Delft cuesta unos 3€ la hora de parking.
Y aquí os dejo un pequeño resumen de nuestra primera visita de verdad a una ciudad:


Primer edificio que vemos cerca del coche que puede servirnos de referencia.

miércoles, 25 de julio de 2012

Día 8, de bicis y perros va la cosa.


Miércoles, lo que significa que tengo que ir a Marco’s, la tienda de bicis, para cambiarle los pedales.
Decidimos que vamos los tres, y que Jorge y Angy me seguirán con los perros, así matamos dos pajaros de un tiro. Llegamos a la tienda, y hablo con un dependiente, que me dice que meta la bici al taller, que es lo que hay detrás del mostrador, por una puerta que da a la calle. Eso le digo a Jorge, y metemos la bici. Angy se queda fuera con Pepa y Poco.
El señor del taller, un hombre mayor, me dice a todo que sí cuando le pregunto, cambia los pedales, cayéndosele dos veces la herramienta, y un vez el pedal cuando iba a dármelo, y al acabar me dice el precio en holandés. Claramente no lo entiendo, a parte de que no sé holandés, cambian los números, lo dicen más raro que los cientos y los miles en inglés, que en su día me pareció imposible de aprender, así que amablemente le pido al señor de detrás, también de la tienda según ponía en su camiseta, que si me puede repetir el precio. Me dice que cuesta 19,95€, sin posibilidad de “haber entendido mal”, así que les digo que me perdonen, pero que ayer uno de ellos, me dijo que no eran 9, si no 6. Me pregunta que quien, y cuando le estoy respondiendo que un hombre con el pelo blanco, aparece por la puerta del taller. Hablo con él, y miran los precios, resulta que la bici de Gabi tenía unos pedales que no eran los que corresponden con su bici, y como ayer vine sólo con el pedal, me dijo el precio de los pedales incorrectos, pero todo esto tengo que averiguarlo yo, porque ellos no me dicen nada. Me dicen que son 16,50€ sin ningún tipo de explicación, y Jorge decide pagarlo. Luego nos dicen que “ten iuros” son por el work, y en vez de pelearlo, cosa de la que luego me arrepiento, decido volver a casa, y ya ver que hacer cuando se lo cuente a Brezo.
Al llegar a casa me pongo a buscar cómo ir a Delft, para más inri, al Lidl de Delft, y tras investigarlo y descargar Jorge una aplicación para su Tablet que funciona sin internet, ponemos rumbo a esa bonita ciudad.
Llegamos sin problema, aparcamos enfrente del Lidl, y cogemos un carro. Compramos mil cosas, todas ellas para comer los próximos días. Al salir, después de cosa así como hora y cuarto por los pasillos del Lidl, nos dice la cajera que no admiten tarjetas. Estamos bueno, en el Albert igual, no admiten tarjetas, tienen que tener relieve… en fin. Paga Jorge en efectivo, nada más y nada menos que 38 euros de compra, y salimos al coche, donde descubrimos que hay bolsas donde poder llevar la compra. Perfecto. Cargamos el coche y ponemos rumbo a casa, porque no nos da tiempo a conocer la ciudad y devolver un vestido que regaló Gabi a Brezo y le queda grande. Volveremos mañana.
De comida, que ya es hora (17.30h) tenemos arroz con carne de kebab al curry, y al acabar, a eso de las 18h, llega Brezo. Nos dice que se va a la playa, porque hace un día maravilloso, y se coge la bici de Ali porque la suya está en el taller, y  no la tienen hasta mañana.
Nosotros nos quedamos en casa, aunque a mí me apetecía ir a la playa, pero me puede la pereza, y me quedo en casa, esperando a que vuelva Brezo para enseñarnos el segundo lugar al que llevar a los perros.
Llega Brezo, y salimos al coche con Pepa y Poco. Ésta vez conduce Angy. Brezo le dice que en el fondo ya conoce el sitio, así que no le da ninguna indicación más que “hacia la playa”. Eso hace Angy, con con nuestra ayuda, que para eso estamos, y aparca en el 1er parking, en el que me hizo aparcar Moni el primer día que cogí el coche. No suele haber coches, según nos dice Brezo, pero ésta vez sí que es así, y rezamos (no literalmente) porque sea gente que viene a la brasería de al lado, y no gente que le dé por soltar a sus perros en el bosque de al lado de la playa.
Sea como sea, no nos encontramos más que con un perro en todo el camino, y no podemos evitar que nos resulte curioso ver un bosque sobre arena de playa. Brezo nos indica dónde atar a los perros, dónde soltarlos, cuando cogerles de la correa para cruzar, y por dónde pasan caballos.
Después de todo, volvemos a casa, y Brezo vuelve al trabajo. Nosotros hacemos (bueno, Jorge hace) palomitas, y las acompañamos con queso, mientras vemos la que será nuestra serie: Sobrenatural.
Aquí nos despedimos, mañana continúo.

Goedenacht!

martes, 24 de julio de 2012

Día 7. Con hoy, una semana que estamos aquí.


Hoy es martes, el primero desde que estamos aquí, y nos han encomendado algo: tenemos que devolver la bici con sillita que se alquiló para Diego, antes de las 11, si no probablemente cobren un día extra a mis tíos.
Así pues, nos despertamos. Angy y Jorge pasean a los perros, y yo voy a la tienda de bicis a preguntar el precio de los pedales y a devolver la bici. Me embadurno en crema, ya que no quiero que me ocurra como ayer, y de camino a la tienda, noto que me pican los ojos.
Llego por el camino que lleva al veterinario, sin ningún problema de ubicación; a la tienda de bicis sí que sé llegar. Está el dueño (o quien creo el dueño) fuera, atendiendo a un cliente, y entro. Al fondo hay gente, pero debe de ser el taller, y como estoy en la tienda, no me hacen caso. Por fin acaba el dependiente y me atiende. Le llevo hasta la bici en la que he venido, la alquilada, y se la enseño, llorando casi, porque la alergia que parece haberme dado la crema no me deja en paz. Asiente y me pregunta que si quiero algo más. Claro que quiero algo más… quiero… “one like this, please, only de price”. Me dice que tienen que ser dos, porque los venden a pares, y le pregunto el precio: 6,95€ los dos pedales. Le doy las gracias, y le pregunto que si me la pueden arreglar ellos, ya que ayer, mientras intentábamos arreglarlo, descubrimos que tiene piezas para las que no tenemos herramientas. Me dice que sí, que por supuesto, pero que mejor mañana, así que quedo en volver, y me vuelvo andando a casa.
Desayunamos los tres, ya que antes salimos sin pegar bocado, y ponemos rumbo al mercadillo de Wassenaar. Es en un aparcamiento que hay muy cerca de casa, cuando acaba el camino por el que llevamos a los perros a pasear. Compramos zanahorias, cebolla, melón del redondo, a 1€, patatas, y pasamos, por último, por el puesto de los quesos, y compramos queso Edam. Bueno, baby Edam. Viene envuelto en papel rojo, y nos recuerda a los mini babybel, pero en gigante.
Volvemos a casa, a dejar todo, y Jorge se pone a hacer la comida. Hoy toca de menú un rico puré de zanahoria, patata y cebolla. Ellos apenas lo notan, pero yo decido no volver a usar esa crema. Está claro que esta llorera no es normal. Ni siquiera porque haya cebollas cortadas. Me lavo la cara y atiendo a Angy, que necesita un favor. Resulta que se le ha abierto una herida que creía curada, igual que yo, no trajo su pomada, y alguien tiene que ir a por “something like this” a la apotheek. Ese alguien resulto ser yo, así que cojo a Aldo, la bici de Ali, y pongo rumbo. Está al lado de Hema, así que no tardo en encontrarla. Hay cola para entrar: dos señoras están atendidas, y la tercera acaba de serlo ahora. Hay una pareja mayor en la cola, y luego estoy yo. Espero, lejos de la puerta, ya que cuando detecta movimiento pita, y es un fastidio.
Sigue entrando gente en la farmacia, una mujer con su hijo, de unos 5 años, que coge un número, como en la pescadería. Yo no lo he hecho, así que voy a por él, aunque me toque, por poco lista, detrás de ésta última. También una pareja mayor, ella intenta coger el ticket, pero no quedan, así que se limita a esperar.
La madre señala mi pantalón bañador de Bob Esponja al hijo, y dicen algo en holandés, supongo que serán dibus que el niño ve. La atienden y poco después a mí. No tienen la pomada que necesitamos, pero tienen una parecida, y esa es la que cojo. Pensé que costaría unos 20 euros, pero me sorprende saber que solo son 7€. Pago, lo recojo, y pongo rumbo a casa.
Es hora de comer ese rico puré, y después de comprobar que ha quedado delicioso, vamos Angy y yo en busca del Albert Heijn, que tiene que haber uno por Wassenaar, según el mapa.
Lo encontramos, paseamos por él, y entre unas y otras cosas, quién sabe cuales, acabamos con 12 € de compra en las alforjas.
Volvemos a casa, y yo edito con el mac de Angy el vídeo de los saltos en la casa de los gatos. Queda gracioso, así que aquí lo adjunto, y aunque son 6 minutos, mola verme con voz de pitufo quejándome porque mi prima pequeña me ha pillado al pilla pilla de aquí: Dead Woman.
Se pasan las horas mientras edito, y Angy decide que vamos a cenar sandwichs de queso. Los hace ella.
Me subo a la habitación de juegos, y edito después de cenar, mientras Angy y Jorge juegan en la wii a Star Wars de lego.
Brezo está abajo trabajando, y le ofrecemos puré para cenar, ya que ha sobrado un montón.
Mañana será otro día…

Goedenacht!

lunes, 23 de julio de 2012

Siete menos en casa, ya sólo quedamos cuatro. España, allá van.


Hoy amanecemos pronto. Bueno, relativamente. Enseguida me visto, aunque Jorge y Angy no lo hagan, porque me llegan noticias de que Inma y Pablo quieren llevar a Diego a la playa, y yo no me lo puedo perder.
Cogemos las bicis, y allá vamos. Jaco, Ali, Pablo, Diego, Inma y yo en marcha. Me llevo la chaqueta, aunque es prescindible, y la usamos en la playa para dejar las cosas encima, ya que somos muy listos y no llevamos toalla.
Fuera zapatillas, fuera calcetines, me remango los pantalones, y a pasear por la orilla. Vamos Inma y yo delante, hay que tener cuidado con que a Diego no se le caiga el sombrero, a ver si se va a quemar.
Hacemos fotos, no vaya a ser que la gente se piense que en Holanda no puede hacer un buen día:


Están todos los de aquí, que si estuviesen en España serían los conocidos “guiris”, rojos como tomates, ninguno está ya blanquito, sólo Diego y yo.
Paseamos un ratín, el agua está más fría que en Asturias según Inma y yo, más calentita según Pablo.

domingo, 22 de julio de 2012

Domingo repetitivo, mañana y tarde la misma historia.


Amanecemos en nuestro 5º día, más dormidos que otras veces (empieza a notarse el cansancio), desayunamos, y los peques se van con Brezo a misa. Nosotros seguimos medio sopa, pero esperamos (o al menos yo), a su vuelta, poder ir a la playa, pero tío Gabi, que está de vacaciones, acaba de levantarse, más bien tirando a dormido, y prefiere no coger la bici, así que deciden irse los mayores con Diego a conocer Utrecht, y nos quedamos nosotros tres con los niños.
Deciden hacer huelga, y es que “ya no saben qué enseñarnos”, así que yo, a lo “mi padre”, decido que no he venido a Holanda a estar enchufada a la Wii, el ordenador, el móvil o la nintendo, así que me declaro jefa superior, y obligo a “too quisqui” a movilizarse a la playa. Recibo quejas de Moni y Jaco, la una escuchando música en el ordenador y el otro jugando a los Rabids en la Wii, pero las omito y cogemos todos las bicis. Sólo he ido a la playa en coche y quiero conocer el precioso camino que hay hasta allí en bici, incluyendo la famosa cuesta.

sábado, 21 de julio de 2012

Día 4, cumple de Brezo


Amanecemos Angy y yo y bajamos a desayunar. Nos enteramos de que los tíos y los primos se van a pasar el día en barco por los canales, y como cuesta cada barquito 70€, es de 4 personas, y somos 11, han cogido dos y se van ellos. Éste es, por así decirlo, nuestro primer día solos en Holanda.
Angy decide que es el momento perfecto para estrenar sus nike nuevas, lo malo es que los cordones hacen un dibujo feo, y me pide por favor que se los coloque. Así o hago y salgo con los perros, Jorge y Angy ya me alcanzarán.
Así es, y tras los oportunos pises y cacas volvemos a casa, cogemos las bicis, y ponemos rumbo, algo más tarde de lo esperado, a Leiden, en busca del mercadillo de los sábados.
El paseo es liso, por terreno asfaltado, rojo, por el que solo pasan bicis y ciclomotores, y en ocasiones, algún que otro peatón. A los 20 minutos pedaleando, cuando creemos que ya nos merecemos un descanso, entramos a la izquierda a un parking de bicis, que tiene al fondo un museo, pero no sabemos de qué, porque no llegamos hasta él. Aparcamos la bici, en plan guay, sin más que dejarlas en medio de ese parking de bicis, y cuando quiero hacer la foto de “la españolada”, me dice la cámara que “nanai”, que “out of memory” . Recuerdo que por la mañana pasé las fotos al ordenador, para poder añadirlas al blog, y le pido a Angy que la haga con su cámara de vídeo.
Al continuar nuestro paseo, seguimos los carteles que dicen “Leiden”, el sitio al que se supone que vamos, pero como no lo hemos buscado en ningún sitio, no encontramos ningún “Leiden Market” típico de los sábados. Lo que sí que encontramos es un puesto de pescado frito enfrente de un centro comercial en el que hay un C1000, el “como un chino pero caro”, y entramos a cotillear. En la entrada del C1000 hay una máquina de refrescos, y como para lo que queremos entrar al C1000, es para hidratarnos, Angy pulsa el botón, para probar suerte. Resulta que las bebidas frías de la máquina cuestan 75 céntimos, así que no pensamos que nos merezca la pena ahorrarnos 20 céntimos si la de dentro del super estará caliente, así que se coge su coca cola y damos la vuelta por el centro comercial.
Sin quererlo ni tenerlo, siguiendo los pasillos del CC, “entramos” en un todo a 100, y no era otra cosa que los típicos estantes que se colocan fuera de la tienda para que te hagas una idea de lo que habrá dentro, solo que en ésta ocasión, sin entrar en  la tienda, ya pasamos por varios “pasillos”.
Salimos del centro comercial, sin esperanzas ya de encontrar el Leiden Market, y cuando llegado el momento, no vemos más que casas y casas y casas, y algún que otro colegio, sin mapa ni internet para ver dónde estamos y a dónde vamos, decidimos seguir las indicaciones de “Wassenaar”, y volver a casa.
La vuelta es algo más rápida, pues decidimos hacerla casi seguida, para llegar y descansar lo más pronto posible, llegamos a casa por fin, comemos (yo espaguetis con pesto, nata y parmesano, sobras que había por la nevera), y nos acercamos al C1000, también conocido como “el chino caro”, y cotilleamos todos los pasillos habidos y por haber. Compramos chucherías varias, y llama Ali. Necesita las bicis para ir a los gatos, y quiere saber cuánto tardaremos en llegar.
Como no nos queda mucho por mirar, le digo que no tardaremos mucho, pero que de parecerle así, que vengan al C1000 y me llamen, para salir y descandarlas, y cambiar las bicis, pero no hace falta. Nos da tiempo a llegar a casa, así que les dejamos las bicis y van Pablo, Inma, Ali, Diego y Brezo a la casa de los gatos.
Nosotros tres paseamos a los perros, y tras un rato de descanso de hacer cosas, y el resto de la tropa ya en casa, nos sorprende Gabi con unas salchichas alemanas con puré de patatas, y lo tomamos en el salón, viendo los dibujos en holandés de los niños. Antes de acostarnos le pregunto a Brezo por los planes de mañana, y me dice que si hace buen día, iremos todos a la playa.
Ésta vez Gabi duerme con Jaco en el salón, así que tampoco podemos quedarnos hasta muy tarde por la zona. Ali y Moni dormirán con su madre arriba, y el resto como siempre.

Goedenacht!

viernes, 20 de julio de 2012

Tercer día, cumple de tía Inma



Tercer día, y amanecemos cansados, como todos los días. Ali y Moni destrozadas por haber tenido que compartir cama con sus padres, y los tíos (menos Brezo, que ya no estaba porque se había ido a trabajar), nos dicen que se van a “La Haya” a conocerlo. Nos dejan las bicis, entre ellas una alquilada para que tío Pablo pueda llevar a Diego atado delante, y ellos se van en coche. Desayunamos, y vamos con los primos al pueblo. Nos enseñan el molino, que está en obras, y no entramos por ello y por aquello de la celiaquía (dudo que se escriba así) de Jaco, pero podemos hacerle su merecida foto, ya que el día anterior lo habíamos visto, pero desde el coche, así que no pudimos más que grabarlo. Me pareció muy bonito, merecedor de una foto en condiciones.