sábado, 28 de julio de 2012

Día 11, de paseo por los alrededores. Leiden.


Hoy amanecemos pronto, porque queremos ir a Leiden, a conocer, por fin, su mercadillo de los Sábados.
Desayunamos, paseamos a los perros, cerramos bien la casa, recordamos coger los candados de las bicis, y ponemos rumbo a Leiden. Ésta vez sí que sabremos llegar.
El trayecto que hacemos, en vez de ser por la gran carretera en obras de la otra vez, es por el camino de las cabras, que aunque más largo, es mucho más entretenido.
Pasamos por uno de los canales estancados cerca del parque de al lado de las cabras, y nos encontramos unos patos anidados en el centro del canal, y como nos parece curioso y gracioso, hacemos foto (aunque lamentablemente no me da tiempo a hacerla en el momento en el que estaban todos en el nido, si no en el que ya han sabido de nuestra existencia, y huyen porque creen que no saldrán lo suficientemente guapos):





Seguimos “bicicleando”, y llegamos al tren que nos indica el camino al museo del (quiero suponer) ferrocarril, y con él a la playa de camino a Leiden, pero esta vez no paramos en ella.


Queremos llegar a Leiden, y queremos llegar con su mercadillo abierto.

Realmente no recuerdo lo que es, pero me gustan los relojes.

Éste puente lo tomamos como guía. Siguiéndolo de frente, encontraremos nuestras bicis.

Simplemente gracioso, está en el puente que nos guía así que... ¿por qué no hacerle foto?

Así es, y aunque no hago muchas fotos, por no decir ninguna, espero que mi compañera no sea igual con los vídeos, y haya una buena colección de la que pueda sacar capturas, aunque tenga que adjuntarlas otro día.
Tras mucha vuelta llegamos, aparcamos las bicis al lado de un canal, y con miedo por que se vayan hacia él las bicis, así de bien sujetas y apelotonadas las dejamos:


Caminamos por el canal, por el mercadillo de Leiden, que atrae a bastante gente.




Nos interesa uno de los primeros puestos, sobre todo a Angy: el puesto de golosinas. Nos compra chuches: unos chicles que no saben demasiado bien pero vienen con tatuaje, platillos volantes con pica pica, tejas, y un corto etcétera.
Nos hacemos también con un adaptador para el coche, para que no nos pase como ayer y podamos cargar la Tablet de Jorge en marcha (lo pido yo, con mi ya de nuevo excelente inglés).
Jorge busca vainilla en un puestecillo de especias, y buscamos los dos la albahaca, que aun no la hemos encontrado, pero como no entendemos nada y no es necesaria, si no simple curiosidad, nos vamos, seguimos nuestro camino.
Nos llama la atención una tienda de cosas de América y Londres. Angy coge unos dulces típicos, que no recuerdo dónde los probó.
Damos muchas vueltas, tanto que se nos hacen las 3, habiendo salido de casa a las 12, pero aun nos queda un hueco para parar en la playa sin orilla de Leiden, sacar un par de fotos, y grabar el paso de un tren que, aunque no os lo podáis creer, lleva el primer coche al revés.




Pasamos un rato echados (o al menos yo, que casi me duermo), en la hierbecilla de esta playa, hasta que por fin Jorge, nos recuerda que deberíamos ir a comer, ya que a él le toca cocinar y luego le va a dar pereza. Aceptamos encantadas, y ponemos rumbo a Wassenaar.
Pasamos por casa antes de volver a coger las bicis para acercarnos al C1000, cogemos lo importante,  y rumbo de nuevo a casita a comer.
Nada más llegar me hago con los perros. A mi vuelta me esperará en la mesa pollo asado, y de postre arroz con leche.
Comemos en el salón, viendo superocho, y al terminar, tras un rato con la wii, jugando los tres al Mario Party, un juego en el que aparece un tablero en la pantalla, avanzas por él, ganas dinero para comprar caramelos, con ellos incordias a tus rivales, e intentas conseguir estrellas, bien encontrando a un fantasma que te las vende por monedas, bien porque tienes suerte y caes en la casilla DK, en la que un mono te salva y te regala una. No acabamos la partida, y Angy y Jorge sacan a los perros, así que, como hemos guardado para continuarla más adelante, cambio de juego y saco lo mejor de mí, haciendo un poco de deporte: béisbol, golf, tenis, y bolos.
Cuando vuelven ya es hora de pensar en cenar, y acompañamos nuestra querida serie Sobrenatural con sobras, pizza ellos, yo arroz.
Mañana será otro día. Pondremos rumbo a Utrecht J

Goedenacht

No hay comentarios: