Aquí en Wassenaar, y supongo que en Holanda entera, ya es
“por la mañana” a las 5am, así que un poco más tarde que “por la mañana”,
bajamos a desayunar. Colacao, plato repleto de tostadas, zumo en el exprimidor
(un poco perjudicado el pobre, va a hay que cambiarlo ya), hambre, y un rato
después, barrigas llenas.
Gabi y Ali nos invitan a pasar al coche, quieren enseñarnos
el pueblo y nosotros, que aun no hemos salido de casa más que para pasear a los
perros, aceptamos encantados.
Llegamos al centro del pueblo, a la calle principal, y nos
enseñan el “intertoys”, la tienda de juguetes a la que han ido Mónica y Jacobo
a comprar algo para tía Inma y su madre, Brezo, que son sus cumples mañana y
pasado. Seguimos caminando sin vera los dos peques, y pasamos por una tienda
que es una mezcla entre el Ikea y el Primark, pero llamado Hema. Ahí ojeamos la
zona de exprimidores, peeero, solo tienen licuadora, así que no sirve. Al
salir, vemos que venden bicis holandesas por unos 270€, y mientras Gabi nos
deja para buscar un exprimidor, Ali nos enseña el resto del pueblo. Nos señala
el Luciano, una tienda de helados ricos ricos, y muy baratos. Pasamos cerca de
la tienda de animales, y huímos de la cámara de vigilancia que pone multas a
los que pasean en bici por las calles y zonas que no son “uitgezonderd”
(“excepto”, aunque en un principio pensé que sería “autorizado”) bicis, y nos
encontramos con Gabi, que nos reagrupa y nos lleva de vuelta al coche, rumbo a
la granja.