Al
coger el coche, Gabi nos llevará hasta casa, en Wassenaar. Lo primero en que me
fijo, es que los carteles son liosos, porque no entendemos ni papa. También
vemos desde la autopista los aviones despegar, e incluso que pasan por encima de
nosotros, ya que hay un túnel especial para coches que atraviesa el aeropuerto.
Y todo lleno de canales. De algo si que me doy cuenta: gratis se escribe igual
que en español, aaaaunque, se dice “jratis” jaja. Por la carretera, Gabi nos va
avisando de los peligros de Holanda. Por la autopista se puede ir a un máximo
de 100km/h, y la gente lo respeta. Hay puentes levadizos, y de repente se ponen
en rojo los semáforos y se ve cómo se divide en dos la carretera, ésta sube,
pasa un barco, y vuelve a bajar. Por desgracia no pudo demostrárnoslo porque
tuvimos todos en los semáforos en verde/ámbar.
El
pueblo en el que estaremos nosotros es un pueblo muy tranquilo, tanto que, si
te ven por la calle haciendo ruido a lo “español”, te miran mal y si tienen un
mal día te regañan. Hay que andarse con ojo, y ya nos ha dicho Gabi que, si lo
que queremos es marcha, vayamos un día a “La haya” (también conocido como “Den
Haag”) o a Ámsterdam. Pero que entrenemos antes con la bici por los
alrededores, porque son unos cuántos kilómetros, y estaría bien el ir en coche
si aparcarlo no te costase 4€ la hora, ni la gasolina estuviera tan cara.
Muchos
canales, árboles, campos que meses atrás estarían plagadísimos de tulipanes y
flores, ovejas, vacas, caballos, coches con matrícula amarilla, personas largas
y delgadas, y bicis y bicis y bicis después, llegamos a casa, no sin antes
saber que los taxi y los servicios de transporte en este país, se distinguen
del resto de vehículos porque llevan la matrícula azul.
Al
llegar nos reciben Jacobo, Mónica y Alicia, Gabi nos ofrece algoloquequeramos
de comer, y comienzan a enseñarnos la casa. Las maletas las dejamos en la
entrada porque será tía Brezo la que nos distribuya por las habitaciones.
Empezamos
por la cocina, con su pequeña despensa española, que la llenamos con nuestros
5kg de arroz SOS, 3 kg de harina de fuerza, 2 paquetes de Tosta Rica y otros
tantos de Marbú Dorada, 4 cajas de galletas de Jacobo, 3 paquetes de pan bimbo
sin gluten, y… chan chan chan chaaaaaan! 6 kilazos de cola cao! Así no podrán
decirnos que no cojamos, jaja.