Hoy me tocan a mi los perros. Todo en
orden, y al volver a casa desayuno solo un colacao, y vamos los tres
a la wii oh gran wii, y probamos el juego de Toy Story, y nos
preguntamos por qué lo tendría descargado el hermano de Angy, que
ya tiene sus añitos, porque es un juego en el que no se pierde, es
absolutamente para niños. Por lo tanto lo dejamos, y jugamos al
monopoly. Siempre gana Jorge, pero nos aliamos para que no gane la
máquina, y para conseguir muchos puntos, aunque por ello dos de
nosotros tengamos que perder.
Cuando ya pensamos que hemos
desperdiciado demasiado el día, y que deberíamos movernos, nos
apetece playa. Ya no hace calor, pero mejor, así no habrá gente a
la que puedan molestarles nuestros perros.
Poco no reconoce a Pepa porque el
viento hace que el pelo le tape los ojos, y no para de ladrarla. Pepa
corre, y corre, y sigue corriendo, pero siempre a nuestro al rededor.
Cuando por fin volvemos a casa, ya
tenemos pensado qué cenar: patatas asadas.
Como tardan en hacerse, mientras tanto
comemos quesos, y unos pinchos de algo parecido al jamón cocido, con
queso derretido en el interior.
Angy se dedica a pasar sus videos al
disco duro, porque así se lo he pedido yo, y accede encantada, y yo
me dedico, cuando ella acaba, a pasar las fotos, para que no se
borren por error (aunque están casi todas en éste blog ja, ja, ja)
Cuando por fin están las patatas,
cenamos viendo sobrenatural. Al acabar me pongo con el blog, y
escribo pero no mucho, y nos vamos a la cama.
Goedenacht!