sábado, 21 de julio de 2012

Día 4, cumple de Brezo


Amanecemos Angy y yo y bajamos a desayunar. Nos enteramos de que los tíos y los primos se van a pasar el día en barco por los canales, y como cuesta cada barquito 70€, es de 4 personas, y somos 11, han cogido dos y se van ellos. Éste es, por así decirlo, nuestro primer día solos en Holanda.
Angy decide que es el momento perfecto para estrenar sus nike nuevas, lo malo es que los cordones hacen un dibujo feo, y me pide por favor que se los coloque. Así o hago y salgo con los perros, Jorge y Angy ya me alcanzarán.
Así es, y tras los oportunos pises y cacas volvemos a casa, cogemos las bicis, y ponemos rumbo, algo más tarde de lo esperado, a Leiden, en busca del mercadillo de los sábados.
El paseo es liso, por terreno asfaltado, rojo, por el que solo pasan bicis y ciclomotores, y en ocasiones, algún que otro peatón. A los 20 minutos pedaleando, cuando creemos que ya nos merecemos un descanso, entramos a la izquierda a un parking de bicis, que tiene al fondo un museo, pero no sabemos de qué, porque no llegamos hasta él. Aparcamos la bici, en plan guay, sin más que dejarlas en medio de ese parking de bicis, y cuando quiero hacer la foto de “la españolada”, me dice la cámara que “nanai”, que “out of memory” . Recuerdo que por la mañana pasé las fotos al ordenador, para poder añadirlas al blog, y le pido a Angy que la haga con su cámara de vídeo.
Al continuar nuestro paseo, seguimos los carteles que dicen “Leiden”, el sitio al que se supone que vamos, pero como no lo hemos buscado en ningún sitio, no encontramos ningún “Leiden Market” típico de los sábados. Lo que sí que encontramos es un puesto de pescado frito enfrente de un centro comercial en el que hay un C1000, el “como un chino pero caro”, y entramos a cotillear. En la entrada del C1000 hay una máquina de refrescos, y como para lo que queremos entrar al C1000, es para hidratarnos, Angy pulsa el botón, para probar suerte. Resulta que las bebidas frías de la máquina cuestan 75 céntimos, así que no pensamos que nos merezca la pena ahorrarnos 20 céntimos si la de dentro del super estará caliente, así que se coge su coca cola y damos la vuelta por el centro comercial.
Sin quererlo ni tenerlo, siguiendo los pasillos del CC, “entramos” en un todo a 100, y no era otra cosa que los típicos estantes que se colocan fuera de la tienda para que te hagas una idea de lo que habrá dentro, solo que en ésta ocasión, sin entrar en  la tienda, ya pasamos por varios “pasillos”.
Salimos del centro comercial, sin esperanzas ya de encontrar el Leiden Market, y cuando llegado el momento, no vemos más que casas y casas y casas, y algún que otro colegio, sin mapa ni internet para ver dónde estamos y a dónde vamos, decidimos seguir las indicaciones de “Wassenaar”, y volver a casa.
La vuelta es algo más rápida, pues decidimos hacerla casi seguida, para llegar y descansar lo más pronto posible, llegamos a casa por fin, comemos (yo espaguetis con pesto, nata y parmesano, sobras que había por la nevera), y nos acercamos al C1000, también conocido como “el chino caro”, y cotilleamos todos los pasillos habidos y por haber. Compramos chucherías varias, y llama Ali. Necesita las bicis para ir a los gatos, y quiere saber cuánto tardaremos en llegar.
Como no nos queda mucho por mirar, le digo que no tardaremos mucho, pero que de parecerle así, que vengan al C1000 y me llamen, para salir y descandarlas, y cambiar las bicis, pero no hace falta. Nos da tiempo a llegar a casa, así que les dejamos las bicis y van Pablo, Inma, Ali, Diego y Brezo a la casa de los gatos.
Nosotros tres paseamos a los perros, y tras un rato de descanso de hacer cosas, y el resto de la tropa ya en casa, nos sorprende Gabi con unas salchichas alemanas con puré de patatas, y lo tomamos en el salón, viendo los dibujos en holandés de los niños. Antes de acostarnos le pregunto a Brezo por los planes de mañana, y me dice que si hace buen día, iremos todos a la playa.
Ésta vez Gabi duerme con Jaco en el salón, así que tampoco podemos quedarnos hasta muy tarde por la zona. Ali y Moni dormirán con su madre arriba, y el resto como siempre.

Goedenacht!